Neumáticos: revisar los neumáticos es algo que se debe hacer a lo largo de todo el año, pero sobre todo, en verano que es cuando más desplazamientos se hacen. Por eso es muy importante revisar que la presión de las ruedas sea la correcta, que la profundidad de las gomas tengan como mínimo 1,6 mm y que no haya cortes y desgastes en el neumático o en la llanta. Las ruedas suelen tener una vida útil de unos 5 años o de unos 40.000 kilómetros de rodaje.
Suspensión: la suspensión del vehículo es clave para una conducción más segura. Para conocer si la suspensión de tu coche es la correcta apóyate con cuidado en el capó del coche y haz presión hacia abajo, si este sube de forma rápida es que todo está correcto. Si ocurre lo contrario, o tienes alguna duda revísalo en tu taller de confianza.
Líquido de frenos: comprueba que el nivel de líquido de frenos se encuentra entre el mínimo y el máximo marcado. Si no tienes suficiente líquido, es recomendable acudir al taller para que purguen el sistema por completo. Realiza esta comprobación al menos cada 2 años.
Refrigerante y nivel de aceite: comprueba la varilla indicadora tanto del nivel de aceite como del refrigerante. Siempre que añadas líquido, has de hacerlo con el motor frio y nunca debes de rebasar el nivel máximo al igual que con el refrigerante.
Luces: la correcta alineación de los faros y una buena iluminación es importante para garantizar tu seguridad en la conducción. No olvides tener siempre un juego de repuesto en el vehículo.
Recuerda viajar con estas temperaturas bien hidratado y procura llevar ropa y calzado muy cómodo.