Ningún sector de la economía mundial ha estado exento de las repercusiones causadas por la propagación de la COVID-19. Ante el impacto de la crisis sanitaria y social generada por la pandemia, la hostelería específicamente, y el turismo en general, están experimentado un freno sin precedentes en su desarrollo y gestión, con la aplicación de medidas de emergencia que hace apenas unos meses nos hubieran parecido impensables.
Esta nueva realidad, con efectos inmediatos y otros a mediano y largo plazo que ya comienzan a vislumbrarse, se intensifica en un país como España, donde la gastronomía es una de las variables de mayor relevancia estratégica para la elección de un destino y elemento indispensable en la vida cotidiana de los ciudadanos.
La declaración del estado de alarma aprobada el pasado 14 de marzo, y el previo cierre de establecimientos decretado por el Gobierno español, afecta actualmente a 314 311 negocios hosteleros que dan empleo a 1.7 millones de personas; y también a proveedores de alimentos y bebidas relacionados con este sector, que en 2018 generó el 6,2% del PIB nacional, según el Anuario de Hostelería de España publicado en 2019.
¿Pero cuáles son las cifras que revelan en toda su magnitud los perjuicios causados en Horeca debido al nuevo coronavirus? ¿Cuántos negocios han cesado al 100% su actividad? ¿Cómo afecta este cierre al mantenimiento de la plantilla? Con su informe "Impacto del COVID-19 en el sector de la hostelería", Makro pone sobre la mesa las respuestas a estas y otras interrogantes, para comprender realmente la dimensión de esta crisis en los negocios hosteleros.
El estudio se realizó a nivel nacional a partir de un trabajo de campo desarrollado entre el 26 y el 30 de marzo, e incluyó encuestas online a más de 3 600 hosteleros de toda España (restaurantes, bares, hoteles y empresas especializadas en servicios de catering).